Pertenece a una serie de pinturas que manejan el concepto de la existencia: la soledad, el silencio, en particular del tránsito por el insomnio, un insomnio doliente, la noche, los sentimientos y recuerdos que se revelan cuando pasa la media noche. Retomando como figura simbólica a las piedras, como metáforas humanas que transportan significados del devenir humano.