Nirvana es la culminación de una serie de pinturas que
comienzan en la indagación profunda de la obscuridad para encontrar la luz.
Nirvana es, precisamente, el encuentro de la dualidad en la armonía. Está
trabajada con un fondo abstracto, que, por momentos tiene referencias
orgánicas, porque aún en la iluminación del Nirvana seguimos siendo de carne y
hueso.
La protagonista es una flor de cerezo que tiene gran
importancia a nivel espiritual y filosófico en varias culturas, sobre todo en
culturas orientales. Principalmente me centré en la filosofía Budista y en la
vida y el camino a la iluminación de Buda para componer mis obras en los
últimos años. Por supuesto todo esto no es simplemente una investigación, sino
que, está ligado a mi cosmovisión y a las experiencias conscientes en mi vida.
La flor de cerezo en la filosofía budista representa la
belleza a la vez que lo efímero. Es el devenir de la vida, la muerte
y el renacer. El Buda se iluminó al darse cuenta que somos más que éstos ciclos
y esa epifanía le concedió paz.
Nirvana intenta despertar éstas sensaciones.